viernes, 18 de diciembre de 2015

Ça va aller…

Lo que viene a ser “todo va a ir bien”.

Bueno, iba a publicar el texto que preparé hace ya muchos días, pero dado que ha sido relegado por otros acontecimientos varias veces, lo he adaptado un poco, quedando un tanto deslavazado, et voià!!…

El tiempo en Gaoua ha pasado rápido, muy rápido, sin tiempo ni para respirar. Levantándome  a las 6 y no descansando un segundo, pero eso ya lo sabía antes de venir… El trabajo en la APFG (nuestra contraparte local, o la mayoritaria, ya que no es la única), las visitas a las escuelas, a los huertos escolares, las reuniones con las asociaciones de padres (que no sé por qué se llaman así, porque los hombres brillan por su ausencia, como también ya sabía), la marcha de los proyectos, lo nuevos problemas, los cambios de programa sobre la marcha que te desmontan el día, lo cotidiano…

Y entre todo ello las llamadas de l@s amig@s para vernos. “Sí, luego te llamo”, “Oui, on se rappelle le soir”, “Sï… luego…”,  y luego pasa el tiempo, los días… y NO tengo tiempo para verlos a todos… Mais ça va aller…

Un día fui invitada por la Cruz Roja a un evento en Holly, a unos 14 kilómetros de Gaoua, pueblo donde también tenemos críos escolarizados y… bueno… el pueblo de Blaise!! Cuando me vio, como siempre… corre raudo a darme un abrazo con una sonrisa que me derrite… y a continuación: “Tantie, mon vélo est gaté”.  “Tantie” es una expresión muy utilizada para dirigirse a una persona mayor que tú, con tintes cariñosos; es algo así como una tía, una madrina o una mujer muy allegada a la familia. Tiene un componente cariñoso y de respeto a un tiempo. A mí me encanta que me llamen así... A lo que iba: “Tantie, mi bici está rota”. Me río… Él me mira y se ríe… Bueno, mi relación con Blaise es especial, muy especial, como la mayoría sabéis. Es, es una larga y entrañable historia... Ya no nos separamos, salvo en las formalidades del acto. Era un evento de reconocimiento a un proyecto de la Cruz Roja burkinabé para evitar la migración precoz de las jóvenes a las grandes ciudades, en las que les espera toda suerte de infortunios, especialmente si no parten con la cabeza bien amueblada. Es un proyecto muy chulo y ya el año pasado presencié cómo trabajan con ellas y me encantó. En esta ocasión me hicieron un poco partícipe y hasta salí en la tele nacional!!! (de Burkina, claro está). Tras ello, comimos con “las autoridades” (aquí les vas mucho el rollo diplomático) y estuvimos hablando de las situación que atraviesa el país, complicada, muy complicada, mais ça va aller…

Otras veces estoy con los amigos, hablando de lo mismo delante de una Brakina. Ya he dicho muchas veces que es un tema que me apasiona. Y yo pregunto y pregunto y pregunto… La situación es MUY difícil. Los burkinabés le dan seis meses al nuevo Gobierno para ver, lo que quiere decir que, o ven que toma el buen camino, o habrá lío de nuevo… Ya no están dispuestos a tolerar “n’importe quoi”. Complicado, muy complicado…  Tengo amigos metidos en política y les pregunto: “¿qué va a hacer el gobierno con tal o cuál cosa?” Opinamos, hablamos…Yo realmente pienso que el nuevo Presidente tiene las manos atadas (como todos los líderes africanos). Está ahí porque los franceses han querido que esté, como tantos otros casos que sabemos, como estuvo Blaise Comparé durante 27 años. El GRAN HOMBRE BLANCO vigila, y no va a permitir “mariconadas” en favor del pueblo burkinabé en detrimento de sus propios intereses, eso está claro, mais ça va aller…

Luego está el asunto del yihadismo. Complicado. Aquí todo el mundo sabe de los negocios que Blaise Compaoré (el que tuvo que salir por piernas el año pasado ante la revuelta popular) tenía con los yihadistas de Mali… cómo les dejaba traficar con armas a cambio de sustanciosas cantidades de dinero; incluso se sabe que había armamento yihadista guardado a buen recaudo aquí en Burkina bajo la vigilancia del régimen Compaoré…  El otro día hablaba de los controles en la carretera. En Gaoua, a poco que te salgas unos metros de la ciudad hay controles del ejército para ver quién entra y quién sale de la ciudad. Al margen de la aventura con los militares del otro día en pleno toque de queda que me salté a la torera, yo voy casi con el carnet en la boca desde el primer día… “Je suis espagnole”, a cada rato, y algún que otro me contesta “Where are you from?” y yo le miro con cara de haba… El caso es que entre las situación nacional y el yihadismo, los militares están por todas partes… Mais ca va aller…

Una de las primeras cosas que deberá abordar el nuevo Gobierno es el de las escuelas. Veremos El otro día me reuní con el Delegado Regional de Educación. Una visita de cortesía y comentar un poco la situación de las escuelas y las necesidades. Sólo en esta provincia hay 370 escuelas “sous-paillot”… No hay dinero para construir las aulas, ni las letrinas, ni los pozos, ni libros (en el mejor de los casos un libro para cada 3 críos), ni bolis, ni pizarras, ni pupitres ni mesa para el profesor, ni arroz para comer,  y los críos siguen abandonando la escuela porque tienen hambre, mais ça va aller…




Para mí, cada día es “nuevo” en experiencias, en sorpresas, agradables… o todo lo contrario. Situaciones que me provocan la risa, y otras el llanto… la vida sigue… Paso el día de aquí para allá, con mi burra, o de paquete “avec mon patron” viendo nuestras cosas… De él aprendo mucho, muchísimo. Le encanta hablar de costumbres locales, del porqué de las cosas, de historias “bizarres” de l’Afrique, de los fetiches… y yo le escucho embobada… Me enseña lugares extraños, me explica las cosas más inverosímiles y yo no dejo de preguntar… Él se ríe sólo de ver mi ansia de saber… de conocer… Los misterios de África son caminos insondables e infinitos…

 Y así… llegó el día de la partida… despedidas y abrazos, como siempre, como ayer… regalos de los amigos, “tu vas nous manquer”, pero así es la vida, un continuo “aller retour”… No he hablado del “poulet à la ravillé”, ni del día de las condecoraciones, ni de los monstruos de dos cabezas, ni de tantas pequeñas y grandes cosas que han formado parte de este “petit temp” en Gaoua… A toda mi gente le deseo buena suerte y “courage”, a lo que la respuesta unánime es: ça va aller…

Y volví a Ouaga, a “la bestia”, irrespirable, con intención de pasar allí los dos últimos días con un programa MUY apretado, pero hete aquí que me comunican casi “in extremis” que me cambian el vuelo. Por problemas de horarios a causa del toque de queda, en vez de viernes por la noche, mi vuelo sale viernes muy tempranito por la mañana, así que ayer fue un día de locura, tratando de concentrar lo de dos días en uno y ¡¡casi!! llegué a todo.

Por la noche, de nuevo las despedidas, y sin apenas dormir, a las 10:30 h. de esta mañana he aterrizado en Casablanca, donde he de pasar más de 24 horas antes de volver a casa. No pasa nada… Ça va aller…

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