viernes, 18 de diciembre de 2015

Ça va aller…

Lo que viene a ser “todo va a ir bien”.

Bueno, iba a publicar el texto que preparé hace ya muchos días, pero dado que ha sido relegado por otros acontecimientos varias veces, lo he adaptado un poco, quedando un tanto deslavazado, et voià!!…

El tiempo en Gaoua ha pasado rápido, muy rápido, sin tiempo ni para respirar. Levantándome  a las 6 y no descansando un segundo, pero eso ya lo sabía antes de venir… El trabajo en la APFG (nuestra contraparte local, o la mayoritaria, ya que no es la única), las visitas a las escuelas, a los huertos escolares, las reuniones con las asociaciones de padres (que no sé por qué se llaman así, porque los hombres brillan por su ausencia, como también ya sabía), la marcha de los proyectos, lo nuevos problemas, los cambios de programa sobre la marcha que te desmontan el día, lo cotidiano…

Y entre todo ello las llamadas de l@s amig@s para vernos. “Sí, luego te llamo”, “Oui, on se rappelle le soir”, “Sï… luego…”,  y luego pasa el tiempo, los días… y NO tengo tiempo para verlos a todos… Mais ça va aller…

Un día fui invitada por la Cruz Roja a un evento en Holly, a unos 14 kilómetros de Gaoua, pueblo donde también tenemos críos escolarizados y… bueno… el pueblo de Blaise!! Cuando me vio, como siempre… corre raudo a darme un abrazo con una sonrisa que me derrite… y a continuación: “Tantie, mon vélo est gaté”.  “Tantie” es una expresión muy utilizada para dirigirse a una persona mayor que tú, con tintes cariñosos; es algo así como una tía, una madrina o una mujer muy allegada a la familia. Tiene un componente cariñoso y de respeto a un tiempo. A mí me encanta que me llamen así... A lo que iba: “Tantie, mi bici está rota”. Me río… Él me mira y se ríe… Bueno, mi relación con Blaise es especial, muy especial, como la mayoría sabéis. Es, es una larga y entrañable historia... Ya no nos separamos, salvo en las formalidades del acto. Era un evento de reconocimiento a un proyecto de la Cruz Roja burkinabé para evitar la migración precoz de las jóvenes a las grandes ciudades, en las que les espera toda suerte de infortunios, especialmente si no parten con la cabeza bien amueblada. Es un proyecto muy chulo y ya el año pasado presencié cómo trabajan con ellas y me encantó. En esta ocasión me hicieron un poco partícipe y hasta salí en la tele nacional!!! (de Burkina, claro está). Tras ello, comimos con “las autoridades” (aquí les vas mucho el rollo diplomático) y estuvimos hablando de las situación que atraviesa el país, complicada, muy complicada, mais ça va aller…

Otras veces estoy con los amigos, hablando de lo mismo delante de una Brakina. Ya he dicho muchas veces que es un tema que me apasiona. Y yo pregunto y pregunto y pregunto… La situación es MUY difícil. Los burkinabés le dan seis meses al nuevo Gobierno para ver, lo que quiere decir que, o ven que toma el buen camino, o habrá lío de nuevo… Ya no están dispuestos a tolerar “n’importe quoi”. Complicado, muy complicado…  Tengo amigos metidos en política y les pregunto: “¿qué va a hacer el gobierno con tal o cuál cosa?” Opinamos, hablamos…Yo realmente pienso que el nuevo Presidente tiene las manos atadas (como todos los líderes africanos). Está ahí porque los franceses han querido que esté, como tantos otros casos que sabemos, como estuvo Blaise Comparé durante 27 años. El GRAN HOMBRE BLANCO vigila, y no va a permitir “mariconadas” en favor del pueblo burkinabé en detrimento de sus propios intereses, eso está claro, mais ça va aller…

Luego está el asunto del yihadismo. Complicado. Aquí todo el mundo sabe de los negocios que Blaise Compaoré (el que tuvo que salir por piernas el año pasado ante la revuelta popular) tenía con los yihadistas de Mali… cómo les dejaba traficar con armas a cambio de sustanciosas cantidades de dinero; incluso se sabe que había armamento yihadista guardado a buen recaudo aquí en Burkina bajo la vigilancia del régimen Compaoré…  El otro día hablaba de los controles en la carretera. En Gaoua, a poco que te salgas unos metros de la ciudad hay controles del ejército para ver quién entra y quién sale de la ciudad. Al margen de la aventura con los militares del otro día en pleno toque de queda que me salté a la torera, yo voy casi con el carnet en la boca desde el primer día… “Je suis espagnole”, a cada rato, y algún que otro me contesta “Where are you from?” y yo le miro con cara de haba… El caso es que entre las situación nacional y el yihadismo, los militares están por todas partes… Mais ca va aller…

Una de las primeras cosas que deberá abordar el nuevo Gobierno es el de las escuelas. Veremos El otro día me reuní con el Delegado Regional de Educación. Una visita de cortesía y comentar un poco la situación de las escuelas y las necesidades. Sólo en esta provincia hay 370 escuelas “sous-paillot”… No hay dinero para construir las aulas, ni las letrinas, ni los pozos, ni libros (en el mejor de los casos un libro para cada 3 críos), ni bolis, ni pizarras, ni pupitres ni mesa para el profesor, ni arroz para comer,  y los críos siguen abandonando la escuela porque tienen hambre, mais ça va aller…




Para mí, cada día es “nuevo” en experiencias, en sorpresas, agradables… o todo lo contrario. Situaciones que me provocan la risa, y otras el llanto… la vida sigue… Paso el día de aquí para allá, con mi burra, o de paquete “avec mon patron” viendo nuestras cosas… De él aprendo mucho, muchísimo. Le encanta hablar de costumbres locales, del porqué de las cosas, de historias “bizarres” de l’Afrique, de los fetiches… y yo le escucho embobada… Me enseña lugares extraños, me explica las cosas más inverosímiles y yo no dejo de preguntar… Él se ríe sólo de ver mi ansia de saber… de conocer… Los misterios de África son caminos insondables e infinitos…

 Y así… llegó el día de la partida… despedidas y abrazos, como siempre, como ayer… regalos de los amigos, “tu vas nous manquer”, pero así es la vida, un continuo “aller retour”… No he hablado del “poulet à la ravillé”, ni del día de las condecoraciones, ni de los monstruos de dos cabezas, ni de tantas pequeñas y grandes cosas que han formado parte de este “petit temp” en Gaoua… A toda mi gente le deseo buena suerte y “courage”, a lo que la respuesta unánime es: ça va aller…

Y volví a Ouaga, a “la bestia”, irrespirable, con intención de pasar allí los dos últimos días con un programa MUY apretado, pero hete aquí que me comunican casi “in extremis” que me cambian el vuelo. Por problemas de horarios a causa del toque de queda, en vez de viernes por la noche, mi vuelo sale viernes muy tempranito por la mañana, así que ayer fue un día de locura, tratando de concentrar lo de dos días en uno y ¡¡casi!! llegué a todo.

Por la noche, de nuevo las despedidas, y sin apenas dormir, a las 10:30 h. de esta mañana he aterrizado en Casablanca, donde he de pasar más de 24 horas antes de volver a casa. No pasa nada… Ça va aller…

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Mi burra

Mi compañera de fatigas…

Conducir en Gaoua no es como conducir en Ouaga. Como ya he dicho muchas veces, Ouaga es “el monstruo”, y Gaoua una pequeña ciudad al suroeste, que crece a velocidad de vértigo, pero no deja de ser una ciudad pequeña. En Ouaga una sola vez he conducido una moto a lo largo de todos estos años y me dije “Llanos, una y no más”. Es la locura absoluta. En Gaoua es diferente, la magnitud del tráfico la hace “manejable” o “circulable” más fácilmente… o eso parece.

En Gaoua siempre he tenido una moto a disponibilidad, lo que me permite moverme “à l’aise”. Este año no ha sido menos.

El primer día fue un sindiós. La batería no iba, petardeaba sin parar, tirones, no frenaba, las luces, ante la falta de batería brillaban (¡¡eso quisiera yo!!) por su ausencia… Y sin claxon.  Diréis que bueno, lo del claxon no es tan grave… ¡Ja!! Puedes circular sin frenos, sin luces, pero ¿sin claxon? es un suicidio. El claxon sirve para advertir a todo bicho viviente que se aparte, porque cualquier bicho viviente (literal) se interpone al paso en la calzada, ya sea en la carretera principal o en cualquiera de los miles de caminos (caminos, en sentido amplio ;-)) de la brousse. Hay niños, cabras, ovejas, cerdos, motos, coches, gallinas, peatones, vacas, burros, carromatos, sillas de ruedas (pocas desafortunadamente, porque los discapacitados son muchísimos), perros, camiones, bicis, gatos, pavos… y el claxon es la vida. Pero ¡¡ojo!! No creáis que sirve para que se aparten,  no… Bueno, en el caso de los animales puede que sí, pero en el resto ¡¡ja!! En este caso, el claxon sigue siendo indispensable para advertir de tu presencia, pero ¡¡ríete si piensas que alguno se va a quitar de enmedio o va a rectificar su maniobra (aunque la tuya sea la correcta) porque te haya oído!!, no. Ay amig@s... Te han oído tocar el claxon, sí, por tanto saben que TÚ ya les has visto, por lo que ya te apañarás para esquivarles. Sin pegas.

Bueno, en cualquier caso, il faut aller chez le méchanicien. Como siempre, Bouba al rescate, me lleva un mecánico al lado de su casa, donde me cambian el aceite (marededeuseñor cómo estaba el que quitaron), limpiaron el carburador, pusieron ácido en la batería (estaba seca) y la recargaron. ¡¡Guay!! El claxon comenzó a funcionar cual grito de eunuco, o sea, nada. La batería me duró unas horas cargada, así que al día siguiente compré una batería nueva y un claxon nuevo et voilá!!! Mi burra y yo al 100%...



Circular con la burra fuera del goudron (asfalto) es añadir al problema del tránsito, el de la “calidad” de la ruta. Que no es que el goudron sea de calidad ¡ja! Agujeros como bañeras (en las tres dimensiones) decoran el asfalto por todas partes, pero salir del goudron es como hacer el París-Dakar con moto de calle. Piedras, senderos a medio hacer, arena, tierra, muchas piedras, subidas y bajadas de terreno, puentes a medio hacer, pasos de agua que llevan agua (o no) sin saber lo que hay debajo, resbalones a cada 2x3… y hete aquí que iba yo detrás de mi buen amigo Hugo a visitar una escuela perdida en la brousse cuando al subir un pequeño montículo lleno de arena y tierra, mi burra hace un quiebro y acabo debajo de ella con las piernas hechas un ocho alrededor del manillar, mientras veo que Hugo se aleja con su moto… ¡¡Hugoooo!! No me oye; no veo a nadie y no consigo quitarme la moto de encima; unas ovejas me miran, ¡hasta diría que se burlan, las jodías!! Y de pronto ya veo venir a una villageoise (campesina) correr en mi auxilio con las manos en la cabeza seguida de varios críos... En eso veo que Hugo ha dado la vuelta y corre angustiado a mi rescate. Entre todos, me quitan la moto de encima y me levanto de un salto sonriendo ¡¡estoy de lujo!! ¡¡que no cunda el pánico!! Algunas heridas leves en el codo, piernas y espalda y una herida enooooorme en el orgullo ;-) Mecagoentoloquesemenea. ¡¡Esto no me puede pasar!! Hugo me dice si volvemos a Gaoua y le digo que no, que continuemos. No consigue convencerme y seguimos ruta, pero ya no me quita ojo de encima… Ni que decir tiene que los cascos aquí forman parte de Matrix o de la realidad virtual…

La noche… Por la noche es otro cantar… Enciendes las luces, of course!! Pero, ay… la cantidad de polvo en suspensión hace que el haz de luz se refleje en los millones de partículas y no veas ¡nada! Así que ya no sabes si es mejor circular con las luces encendidas o apagadas… Y no creáis que por ser de noche, el personal en tránsito es más prudente. Los peatones no llevan luces, los críos son igual de imprevisibles, pero no se les ve, porque además, recordad… son negros…. Le noir dans le noir… Las bicis circulan sin luz… y salvo las luciérnagas, lo mismo para los animales ;-) Afortunadamente los coches sí suelen llevar las luces encendidas, de ahí que distinguiera tan ricamente a los militares la noche de autos en pleno horario de toque de queda; por cierto… quizás por eso estaba yo tan sola en la carretera!! En ese momento no era consciente que había sobrepasado el límite horario… Ays…

En cualquier caso, mi burra es un amor, y salvo el incidente del otro día, me trata de lujo y me proporciona una libertad de la que no podría disponer sin ella… También el incidente me sirvió para ser más cauta…  ¡de todo se aprende!! Y  esta tierra que tanto quiero me enseña ¡¡tantas cosas!! Aquí aprendo cosas que sólo aquí se pueden aprender… y entender… Sólo aquí siento determinadas sensaciones y emociones difíciles de describir… y las vivo con intensidad y emoción, emociones de todos los colores… de todos los calibres…

Y mientras tanto, mi burra y yo... somos invencibles…!!! 



Continuará…

domingo, 13 de diciembre de 2015

La noche me confunde…

Aventuras y desventuras de una blanca en mitad del Sahel (bueno, mitad mitad… no exactamente, un poco más al sur, si acaso).

Lo dicho, los acontecimientos me desbordan, así que el texto que preparé hace unos días tendrá que esperar.

La noche me confunde, entre la poussière y la cerveza, es lo que tiene…

Sábado noche… On fait “le chaud” avec les amis. Cerveza va, cerveza viene, y mi buen amigo Bouba y yo acabamos en la boîte de nuit recién estrenada esta semana. En Gaoua antes sólo había una, ahora, con el “One One” recién abierto, ¡¡ya tenemos dos!!

Pues eso, que hace un ratito que a mí ya no me cabía más cerveza y le he dicho: “Bouba, je vais rentrer”, vamos que me voy pa casa ya mismo. Él también se retira. El camino es el mismo, pero su casa está antes: “À demain, bonne nuit!” nos despedimos en la carretera y yo sigo con mi burra camino de casa, con la braga cubriéndome la cara hasta los ojos (eh!! la de la garganta!! que no había bebido tanto!!). Soy la única moto en la carretera. Y la única alma. Ni dios. Me siento la reina de Saba. El mundo es mío. Y de pronto veo un coche que viene de frente, pero viene por enmedio  “Estos africanos, será que no tienen sitio en su parte, los jodíos, si no hay nadie en la carretera!!”. Y conforme me acerco veo que no, que no está en marcha, que se ha parado al ver mis luces. Me fijo, disminuyo la velocidad y empiezo a ver los fusiles y los cascos militares. Glups!!.  Me echan el alto. Una camioneta con 8 ò 10 militares armados hasta los dientes. Paro, me descubro la cara (tapada por la braga para protegerme del polvo y la polución)  y doy las buenas noches. Antes de que me digan nada, les pregunto: “Querréis el carnet de identidad, ¿no?” (táctica de guerra; no vaya a ser que quieran otra cosa, y el que ataca primero lleva la ventaja!! ;-)) Mueven la cabeza afirmativamente. Lo saco. Lo miran. Me miran. Yo grito internamente “¡¡¡¡Boubaaaaaa!!!! Mecagoentoloquesemenea”. Pero estoy sola con los militares. A continuación la temida pregunta: “¿El pasaporte?” Glups… “Pues va a ser que no lo llevo” (nunca lo llevo encima por miedo a perderlo). “¿Dónde está?”, “En mi casa, soy española, trabajo aquí y no lo llevo nunca encima”. Me miran. Miran la moto. “¿Y la carta gris?” Glups… “Mirusté, buen hombre, ¿qué coño es la carta gris?”. Me mira. Yo nervioseta diciéndome “Llanos, la has cagao…. ¡¡¡Boubaaaaaaaa!!!”.  Y otro que me mira y se sonríe (¡¡menos mal!!). “Madame, los papeles de la moto”. Ahora sí que la he cagao… “Mirusté, buen hombre, es que no tengo papeles de la moto” Ay… Que hoy duermo en el cuartelillo. Me miran. Yo les miro, miro los fusiles. Vale, no los levantan… ¡¡Boubaaaaa!!  “Madame, ¿por qué no tiene usted los papeles de la moto ni el Pasaporte?”… “Verausté… lo del Pasaporte ya se lo he explicado… lo de la moto… es que me la han prestado, sabeusté… la APFG, ¿la conoce?” Mi mira raro, raro… “No Madame, no sé qué es eso”. Ay… “Pues da igual, tiene una Presidenta que se llama Ini, que es mi jefa, que me la ha prestado porque trabajo con ella, sabeusté? Pero no tengo papeles de la moto!! El pasaporte podemos ir a buscarlo, pero los papeles de la moto, va a ser que no”. Me miran todos… “Madame, ¿dónde va usted a estas horas?”… Coño… qué pregunta… “A casa, a estas horas es lo que hay”. Me mira raro, raro… “De dónde viene a estas horas Madame?”. Yo ya no sé si es la cerveza o la noche, o si son ellos los que me confunden…  Y ya no he podido evitar sonreírme, y que sea lo que tenga que ser: “Hoy es sábado, ¿de dónde voy a  venir? ¡¡de la boîte!!”.  Surrealista total… Me miran. Se miran: “Madame, la próxima vez por lo menos invítenos!!”, risas  para todos y conversación de besugos a continuación con su dosis de flirteo (por su parte, no por la mía!!)… Les ha faltado acompañarme a casa y arroparme…

La noche, en mitad de la nada, me confunde… ¿lo habré soñado?

viernes, 11 de diciembre de 2015

De nuevo… las emociones…

(Este texto debió haberse publicado el 10/12 por la noche, pero la conexión aquí est bizarre!!, donc ça y est!!)

Tenía preparado un texto para publicar esta noche, pero los acontecimientos me han hecho cambiarlo.

Ini, la Presidenta de la APFG (Association pour la Promotion Féminine à Gaoua), nuestra contraparte local, ya me dijo el otro día que no adquiriera ningún compromiso esta tarde, que íbamos a celebrar mi llegada/partida con una pequeña fiesta. Siempre lo suelen hacer... Cada año… No sólo conmigo, sino también con otros toubabus (blancos) que pasan por aquí a colaborar en algo con ellas. Nos juntamos, comemos, bebemos, reímos, lo pasamos muy bien, siempre…

Así que a la hora convenida me he engalanado para la ocasión y ha partido a la sede de la APFG en mi burra, como de habitude. Unas palabras de agradecimiento de Ini, siempre correcta, siempre en su lugar, siempre amable, con quien congenio muy bien, y ¡¡empieza la fiesta!!! Aparte de mi bienvenida, esta mañana les han comunicado que mañana viernes, día de la independencia y festivo en Burkina, el gobernador iba a condecorar a la APFG por su trabajo con las mujeres y por su dedicación a ellas, así que hemos aprovechado y hemos festejado las dos cosas juntas. El reconocimiento a su valor a nivel gubernamental es un gran éxito!!!

Hemos cenado poulet, buenísimo, como siempre, y hemos estado bailando y divirtiéndonos a tope, cuando al cabo de una hora larga, hete aquí mi sorpresa que Ini coge el micro y pide silencio de nuevo. Yo le había contado días atrás lo de mi fiesta de cumpleaños en abril pasado. La mayoría sabéis de lo que hablo, la fiesta que organicé en una sala con motivo de mi 50 cumpleaños en la que pedí a la gente, a mi gente, a propios y extraños, que el único regalo que pedía era que viniérais, ya que la recaudación de las entradas sería íntegra para CIM Burkina. Fue un éxito impagable, tanto en lo económico como en lo emocional. Conseguimos unos beneficios netos de 3500 euros (aún me emociono al pensarlo), además de lo especial que fue el acto de cumpleaños propiamente dicho. Pero me estoy yendo del tema…

Como decía, yo le había contado esta historia a Ini hacía unos días… Así que cuando ha cogido el micro ha empezado a hablar de ello a toda la concurrencia (unas 30 ó 40 personas éramos), agradeciéndome la labor que hago con ellas y con los críos; ha pedido que cantaran todos juntos el “Joyeux anniversaire” (cumpleaños feliz), cosa que han hecho TODOS, mientras yo me ponía a llorar como una tonta. Ha hablado de nuestra larga amistad que data ya de casi 10 años, que más que una “partenaire” (socia o colaboradora) soy una amiga, una hermana, que siempre he demostrado un respeto absoluto por ellas, y por tanto me quieren y me respetan como una más, que nuestra amistad comenzó mucho antes de la existencia de CIM Burkina y la valoran en lo que vale, y que esperan seguir viéndome por aquí cada año, como hasta ahora. Me he emocionado como una chiquilla… No lo esperaba.

Me han hecho varios regalos, pero entre ellos una caja llena de jabones de karité (ya sabéis que los elaboran ellas mismas y nosotr@s los vendemos en España como otra forma de colaboración), que en realidad no son para mí, sino un regalo para cada uno de los socios de CIM Burkina como agradecimiento a su contribución y su apoyo, así que ya sabéis l@s soci@s que me leéis. Ya os los iré haciendo llegar…

En fin, que la vida es bella (para unos más que para otros), que una vez más corroboro que je suis chez moi, que ésta es mi familia, la de aquí (sin mucho menos desmerecer la de allí, que vale un potosí), y que me enorgullecen y emocionan, por qué no decirlo, estas muestras de cariño…

Hemos continuado “le chaud” hasta hace un ratito; hemos bailado y reído hasta reventar…

Mañana será otro día… lleno de cosas… Es festivo sí, pero a las 8 estaremos en la ceremonia de condecoración y a partir de ahí, dejaré que el día me sorprenda…


A tod@s quienes me apoyáis, de un modo u otro, merci, GRAND MERCI!!!












viernes, 4 de diciembre de 2015

L'histoire dira la suite...

Sí. He vuelto, a pesar de revoluciones, golpes de estado, toques de queda, elecciones, dites y diretes, he vuelto…

Sé que puedo parecer repetitiva, pero cada año me sucede lo mismo: me siento bien, MUY bien, en este lugar del planeta. No es que me sienta mal en aquél, que no, pero algo “raro” me sucede cuando cruzo el Sahel…

Llegué el martes a las 07:00 AM, tras haber salido de Valencia el lunes a las 16:00 h. Una vez más, el toque de queda en vigor en el país obliga a que los vuelos lleguen fuera del horario del mismo, lo que en mi caso supuso casi 7 horas de más en Casablanca, donde de nuevo constaté que lo que pasa en ese aeropuerto es un “sindiós”, pero ésa es otra historia de la que ya di buena cuenta en un post el año pasado…

Nada más salir a la escalerilla del avión recibí todo el olor a Ouaga. Ouaga huele diferente a cualquier otra cosa. Creo que podrían darme vueltas alrededor del mundo con los ojos cerrados, que reconocería que estoy en Ouaga por su olor. Me hizo sonreír…

Fuera me esperaba un buen amigo taxista al que conozco desde hace años: “Llanos, bonne arrivée!!”. Besos y abrazos. Y empezamos con la máxima en estas tierras: “Tengo una avería en el coche, pero no te preocupes, doucement doucement te llevo al hostal y luego veré”. A 20 km/hora (o menos) me lleva. Suena a cascajo total, vamos que si es mi coche lo paro y no lo mueve ni cristo como no sea en grúa, mais pas de problem… Por el camino le acribillo a preguntas sobre el tema candente: las elecciones. En un rato me pongo al día de la situación (para los neófitos diré que estas elecciones tenían una “idiosincrasia” muy especial, pero ya hablaré luego de ello),

No he dormido más que una hora y pico mal dormida, pero… las ganitas de tirarme a la calle me pueden. Un amigo entrañable que se encontraba fuera por un asunto relacionado con las elecciones (celebradas dos días antes), al saber de mi llegada pidió un permiso para venir a verme. Estaba a más de 200 km (de los de aquí, que no miden igual ;-)) y vino la noche anterior. Le llamo y raudo y veloz viene a recogerme en su moto. Más besos y abrazos. Vamos juntos a hacer unos cuantos recados mientras arreglamos el mundo hablando de la situación nacional. A las 13:00 tiene que coger el bus para volver a Fada. Muchas horas de bus. Un huevo de kilómetros por estar un rato conmigo… Mi buen Georges…

En fin, a partir de ahí… un reencuentro tras otro. En el hostal no dejan de avisarme: “Madame Rodríguez, vous avez une visite”… Se me amontona la faena… Me encanta… Como siempre, se va corriendo la voz… “Llanos está en Ouaga!”. Yo apenas había avisado a un par de amigos…

Ya es un no parar hasta mi venida a Gaoua, hoy mismo, donde mañana ya empiezo a currar en lo que me trajo aquí…

La situación nacional es complicada. Un año más me alegro de venir en el momento en que vengo, en un momento en el que el país está en plena ebullición. Compartir momentos como éstos aquí y con ellos a mí me resulta apasionante. En dos días que llevo hemos hablado de política hasta la saciedad. Me encanta escuchar opiniones sobre todo lo que ha pasado en el último año…

Hago un resumen (intento hacerlo breve) para los neófitos.

El 30 de octubre de 2014 hubo una revuelta popular que provocó que el Presidente (Blais Compaoré) saliera por piernas tras 27 años en el poder. Llegó a él matando a Thomas Sankara, un líder emblemático y su compañero desde la infancia que no se amedrentaba ante el “monstruo” occidental. La historia de Thomas Sankara y su mandato son apasionantes (por lo menos para mí), pero ésa es otra historia en la que, si me enredo, no acabo. El caso es que Compaoré lo asesinó en 1987 en un golpe de estado orquestado por el gobierno francés. Tras 27 años de despropósitos, este buen señor quiso modificar la Constitución (que limitaba su mandato) para poder ser reelegido y el pueblo dijo “¡basta!”. El 30/10/14, día que se votaba en la Asamblea Nacional dicha reforma, los burkinabés salieron en masa a la calle y le pegaron fuego a la Asamblea y a todo lo que pillaron por medio. Compaoré tuvo que salir por piernas para no acabar linchado y, para abreviar, diré que en un par de semanas se formó un Gobierno de transición provisional del que formaban parte todos los actores sociales (militares, religiosos, sociedad civil, etc.). Como anécdota diré que hubo un día en el que se llegaron a nombrar hasta 5 Presidentes. Tras ello, y unos meses después, se fijó la fecha de las elecciones que deberían llevar el país al camino democrático. La fecha elegida fue el 11/10/2015. Pero, ¡¡ay pillines!!! El poder es muy goloso, y hete aquí que el 16/09 un antiguo colaborador de Compaoré da un suicida golpe de estado y se nombra jefe de todos los jefes de todas las cosas del mundo mundial: “yo ordeno y mando”. Tiene detrás apoyándole la antigua guardia presidencial, un equipo de élite dentro del ejército que posee el mayor armamento. Por no liarme demasiado (que me enredo enseguida, como veis) diré que tras muchos despropósitos por parte de todos, el golpe de estado no triunfa, pero mantiene en vilo al país echando un pulso a la legalidad vigente, provocando nuevos muertos y viendo como los burkinabés dicen NO de nuevo tirándose a la calle y dispuestos a lo que sea una vez más. Ya dije una vez que aquí lo más que pueden perder es la vida, y aquí es algo que no vale demasiado, en un país azotado por todo lo azotable. Su lema: “la patrie ou la mort”.

El caso es que tras unos 10 días de “yuyu” (en los que pasó de todo), y unos cuantos muertos más, triunfa la cordura, pero esto obliga a retrasar las elecciones, que finalmente se fijan para el 30/11, un día antes de mi llegada. Y no, no pienso ni por un momento en cambiar mi billete.

¿Qué ha pasado en las elecciones? Para empezar ha ganado uno que fue primer ministro con Compaoré (mal). Bien es cierto, que hacía ya un rato largo que se desligó de él (siendo aún Presidente) por no estar de acuerdo con el rumbo que tomaba (bien). Pero claro. Unos dicen que en realidad se desligó de él porque, bajo su mandato, nunca podría llegar a ser Presidente él mismo (mal). Otros dicen que se desligó de él porque realmente quería darle otro rumbo al país (bien).

El caso es que ha ganado. El mismo domingo y el lunes, cuando empieza a conocerse el escrutinio, según todo el mundo me cuenta, el país está en tensión (y yo tan ricamente en Casablanca haciendo horas) porque nadie tenía claro que la oposición fuera a aceptar el resultado, y todo el mundo temía una nueva revuelta. Pero no. Toda la oposición en bloque felicitó al ganador en una lección de democracia. Bien. Bien por ellos.

¿Cuál es la situación a fecha de hoy? El toque de queda continúa, aunque me parece un poco bobo porque se restringe de 01:00 a 04:00 AM. Y digo yo: o te pones o no te pones, pero para 3 horas de toque de queda, pues como que pa qué ¿no? En fin… Por otra parte, el país parece en estado de sitio. Mucho militar y policía en las calles. Y el viaje desde Ouaga a Gaoua, inenarrable. Por aquello de la prudencia, me aconsejaban mejor si me iba en coche particular. En autobús, en condiciones normales, son 6 horas, cosa que he hecho decenas de veces. Es pesado, muy pesado (calor, polvo, como sardinas en lata, etc.), pero se hace. Pero la gente me dice, mejor evita el autobús ya que hay muchos controles. Así que hablo con Bouba (siempre Bouba al rescate en la situaciones más inverosímiles; si no existiera, habría que inventarlo ;-)) y le digo “¿puedes venir a por mí?”. Esto significa hacer 500 km hasta Ouaga desde Gaoua para recogerme y luego 500 de vuelta, claro está (por supuesto, la gasolina a mi cuenta, faltaría más). Respuesta inmediata: “biensûr ma grande soeur!!”. Quedamos en que él viene el miércoles a Ouaga y el jueves tempranito salimos para Gaoua. Pero le surge un problema inesperado familiar y me llama miércoles por la mañana para decirme que imposible, que trate de coger el bus de las 07:00 AM. del jueves. No problem. Así lo haré. Pero Bouba es mucho Bouba, y a media tarde del miércoles, casi ya de noche, me llama de nuevo para decirme “je suis en route!!!”. Un crack. Solucionó lo no solucionable para venir a buscarme porque tenía “cargo de conciencia”. Qué tío…

Y bien que me ha venido!! El viaje de hoy ha sido especialmente pesado. Nada que ver con otras veces. Yo no sé la de controles que henos pasado. Afortunadamente los coches no los paraban, pero sí todos los autobuses y camiones, y en todos ellos hacían descender a todo el mundo y registros y zarandajas (se junta el problema político con el del yihadismo que azota la zona del Sahel, aunque Burkina de momento está supuestamente libre de esta lacra). El caso es que se formaban unas colas terribles en cada control. Como digo, a nosotros nos daban paso, pero ha ralentizado el viaje sobremanera, de manera que nos hemos tirado prácticamente todo el día en la carretera. No quiero ni pensar las horas que puede haber tardado el autobús.

La situación es complicada dentro de la “estabilidad” que supone, por fin, la existencia de un gobierno legitimado en las urnas. Pero demasiado reciente para saber si realmente ha llegado dicha estabilidad.

Los burkinabés quieren mirar con esperanza. La necesitan. Saben que el nuevo gobierno tendrá mucho trabajo. El tiempo se ha detenido durante un año (ó 27, según se mire). Nada funciona. Se preguntan por dónde empezará: ¿la sanidad? ¿la justicia? ¿los ayuntamientos? ¿la educación? ¿el paro (del 70%)? ¿la corrupción?

Hay quien piensa que va a ser imposible que esto funcione. Los burkinabés han pasado de una actitud pasiva durante muchos años, a la opuesta. Ahora están dispuestos a todo, a salir a la calle a la mínima, a decir NO, lo que, según algun@s va a impedir la marcha normal del gobierno, porque al mínimo error, puede volver la revolución popular. Hay quien piensa que los burkinabés no van a tener paciencia para entender que todo esto lleva su tiempo.

Hay quien piensa que nada va a cambiar. Que son los mismos perros con distinto collar. Hay otros que piensan todo lo contrario, que el nuevo Gobierno ha tomado buena nota de lo sucedido a Compaoré, de la revolución de octubre, del golpe de estado de este año y por tanto sabe que tiene que trabajar duro y bien para que no les suceda lo mismo, y que los burkinabés así lo entienden y serán pacientes.

Como en todo país, hay una gran diversidad de opiniones y me encanta escuchar a unos y a  otros. La historia de este país me apasiona. Yo personalmente creo que esto es un polvorín que cualquier día puede volver a saltar por el aire. Ojalá me equivoque…

Y para acabar, que me lío, me lío y estoy que me caigo de sueño... en lo personal y terrenal, diré que anoche, una vez más, me reuní con los amigos de Ouaga, la famille, dans le temp… y nos fuimos a “faire le chaud” a la noche ouagalaise… sin perder de vista la hora del toque de queda… momento de la retirada.

Hoy en Gaoua, donde mañana ya iré contrarreloj… es como siempre, como si nunca me hubiera ido, mi casa en el Hala, mis amigos, entrañables, llenitos de ganas de verme, y yo a ellos... Tertulia hasta hace un rato con cerveza y risas y con tema protagonista, el de siempre: ¿qué le espera au Faso?

L’histoire dira la suite…

Continuará…