jueves, 1 de diciembre de 2016

Maletas, suicidios, fetiches y otras zarandajas...

Mucho tiempo ha pasado desde mi última entrada al blog. Tanto como un año.

Aterricé el sábado sin novedad (cosa bastante rara por otra parte) con Aire Maroc, pero et voilà!!! Viajaba con exceso de equipaje, mucho exceso de equipaje: 4 maletas de 23 kilos, más la maleta de cabina de 10 kilos, más el portátil. Primera zancadilla: la aduana. Todos los años llevo un papel de CIM Burkina indicando que se trata de material de donación para Yako y Gaoua. Este año no sirvió. Un cantamañanas con aires de poder me pregunta qué llevo en las maletas. Le explico que es material médico y linternas, y me dice que NO pasan las maletas, que tengo que ir al Ministerio de la Santé y obtener la autorización. Quiere bloquearme las 4 maletas. Ja!!! Ni de coña!! Le digo que bueno, que para las maletas de los medicamentos no me queda otra, pero las otras dos ni de coña. Le digo que una son mis cosas personales y la otra son linternas. Me hace abrirlas. La mía personal me dice que vale (no ve, afortunadamente, que debajo había más material médico) y el tontolhaba, abre la de las linternas y me dice que tampoco pasa. Tontolhaba donde los haya. Eso sí, con aires de “aquí mando yo porque sí”. Claro, le pregunto si las linternas son un problema de salud pública o armas de destrucción masiva. Me mira. Mira las linternas, donadas por Bankia, con la palabra “Bankia” escrita en cada una. Mira desconfiado y me pregunta: “¿qué es Bankia?”. Ganas me dieron de decirle que es la traducción del ISIS al castellano. ¡¡Llanos contrólate!!! Me pregunta cuántas son. 200 (las otras 200 están en la maleta de los medicamentos, mecagoentó). Me dice que son muchas. Le digo que cuántos críos en Burkina estudian a oscuras. Me dice que cientos de miles. Entonces ¿200 son muchas? (le digo). No, en realidad son pocas (dice). ¿Dejamos esta conversación de besugos? (le digo)… A las 3:30 AM llegaba a mi auberge con dos maletas conmigo y dos en la aduana. Muerta matá y jurando en arameo.

Tras dos días tirando de contactos (diputados incluidos ¿es prevaricación?) y de ir de acá para allá por despachos y rondas telefónicas, el martes conseguíamos recuperar toooodas las maletas en la aduana. Mención aparte merece la actuación estelar de mi buen amigo Justin en esta historia. Sin él no hubiera sido posible.

He pasado tres días en Ouaga, sin parar un segundo. Ha habido tiempo para todo y para casi nada. Los amigos… como siempre, en grupo o en petit comité, pendientes de mí.

Los encuentros entrañables con personas entrañables ajenas (o no) a historias “bizarres” que, afortunadamente, ya quedaron atrás, pero que de algún modo aún forman parte de mi presente en forma de mal sueño (a ratos). Pero eso es otra historia…

Ouaga me gusta. Siempre lo digo, pero es el monstruo, el ruido, el bullicio, la polución perenne, el aire irrespirable, el calor omnipresente… 40 grados durante el día… Alguno menos durante la noche… Tres días es suficiente para todo lo que quería o necesitaba hacer allí. Quizás me ha faltado uno para callejear a solas… me gusta hacerlo… pasear “à l’ais”, observar… quizás a la vuelta... sólo quizás...

Et ça y est que ayer a las 07:00 cogía el bus para Gaoua. Mi sorpresa, mi grata sorpresa, fue comprobar que ahora los autobuses son climatizados. Casi lloro de la emoción… Seis horas me separaron de Gaoua con miles de controles militares en la ruta. Baja del bus, enseña pasaporte al militar de turno (rifle en mano), sube al bus. Misma rutina una y otra vez… Una y otra vez… Una y otra vez…

Aquí ya me esperaban. Comida, ducha, relax (ayer apenas llamé a nadie… fatiguée!!) y un par de horas de amena conversación con Ini…

Y más historias "bizarres"… Mi amigo Thomas me cuenta que la noche anterior se ha suicidado un militar que vive enfrente Se ha colgado del techo. Lo han encontrado los hijos de madrugada. Me cuenta que hace un mes que vino de misión en Darfur (Sudán, donde están en conflicto desde hace años). Me pregunto si quizás lo que ha vivido allí lo ha desequilibrado… Hablamos un poco ello y ahí lo dejamos… Ahí quedó la historia… de momento.

Hoy he comenzado poco a poco el trabajo que me ha traído aquí, tout doucement… Como siempre, abrazos y besos en la APFG. Ayer ya me trajeron mi burra, que me da una autonomía que vale su peso en oro. Voy y vengo a mi antojo sin depender de nadie. Los que me conocéis sabéis cómo valoro este tipo de libertad. Me encanta cuando esta mañana iba a la APFG en la burra y escuchaba por el camino: “Lianos!!!!!” (sí, ya sabéis que aquí soy Lianos). Mucha gente me conocía al paso, y eso me mola, me hace sentir en casa.

Pero hete aquí que esta tarde, mon patron (un gran amigo que supervisa el apadrinamiento de los críos) me ha invitado a una Brakina (cerveza local) en un maquis cercano. En algún blog pasado ya he comentado cómo me fascina escucharle. Aquí, en el País Lobi (donde me encuentro), la magia, los misterios de África cobran todo su esplendor. La historia y costumbre de los lobi son muy interesantes, pero ésta es tierra de animismo por excelencia, de leyendas de lugares sagrados, fetiches e historias "bizarres" donde las haya. Nolièba (mon patron) me cuenta historias, muchas historias y yo pregunto y pregunto y no me canso. Me gusta. Me gusta mucho.

“Mon patron, me han hablado del suicidio de un militar, ¿qué ha pasado?”. Y él comienza a explicarme. Yo soy todo oídos, y me faltan… Con sendas cervezas en la mesa, me cuenta que el militar en cuestión estaba un poco desequilibrado. Había intentado suicidarse en varias ocasiones, tanto en Darfur como ya a la vuelta, aquí en Gaoua. Que ha hecho cosas terribles (éstas me las ahorro por no herir la sensibilidad del lector) en Darfur y puede que estuviera atormentado por ello. Que antes de que volviera, alguien le llamó para decirle “Cuando vuelvas, no bebas del agua que te dé tu mujer”. Que todos los lobi saben lo que eso significa… adulterio. Cuando hay adulterio por parte de la mujer, ésta no puede dar de comer a su marido lo que ha cocinado, ni puede darle de beber. Que volvió y bebió del agua que le dio su mujer. Que él quiso, pero su mujer no, someterse a la prueba irrefutable de los poussin (polluelos), un “ejercicio” animista para determinar determinados hechos utilizando para ello un par de polluelos (complicado y largo de explicar). Que ya cuando se marchó a Darfur no se sometió a determinado ritual para tratar de solucionar un problema que había. ¿Qué problema? (pregunto). De familia (responde). ¿Con su mujer? (pregunto). No, de familia (responde). ¿Qué tipo de problemas? (insisto). Me mira dudando. No te puedo responder (me dice). ¿Por qué? (pregunto). Vosotros los blancos no podéis entenderlo (responde). Trata de explicarme!! (le pido). No, son cosas, secretos sagrados, no puedo decirte (responde). Cuéntame! (inquiero). Quizás otro día (responde). Y me quedo sin saber...

Y me cuenta que en tres o cuatro días tras los funerales, vendrán los jefes feticheros, normalmente tres, que por separado efectuarán determinados ritos animistas para determinar cuál fue realmente el problema que le llevó a la muerte. Uno tras otro vendrán con su “sac”, una bolsa de cauries (concha pequeña que fue la moneda de cambio africana durante años), con las que interrogarán a los ancestros. Lo harán por separado, para no ser influidos unos por otros. Cogerán de la mano a algún miembro de la familia y éstas no podrán separarse a voluntad si los cauries así lo determinan, si hay historia "bizarre" de fondo, oculta. Sólo los fetiches pueden determinar la solución al problema. ¿Puedo estar presente? (pregunto). Si conocieras al difunto o a alguien de su familia, sí, todo esto es público (responde). Mecagoentó (pienso). Me quedo con las ganas. Pero sé que en unos días me enteraré de qué han dicho los fetiches... y seguiré preguntando... hasta el aburrimiento...

Historias como ésta son cotidianas, cada día. Las escucho embobada. Me fascinan. Me apasiona este mundo mágico de los lobi y quiero saber más, escuchar más… y mon patron, como buen lobi, es una fuente inagotable de historias de magia y misterios y, como buen lobi, no lo cuenta todo… los blancos queremos saber demasiado…


Continuará… o no…



6 comentarios:

  1. Y hay quien lee a Perez Reverte pudiendo leer este blog
    Otro misterio para que resuelvan los lobi

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  2. Cuanta falta les hacen las escuelas a esta gente.

    Un beso, ¡¡¡contrabandista de linternas!!!

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