miércoles, 16 de febrero de 2011

Sacudidas

Hola mi gente.

Podéis llamarme ignorante, ingenua o lo que queráis. Hay cosas que sé que suceden en el mundo cada día y que no me gustan y que además no comprendo, pero verlas o sentirlas de cerca me pega unas sacudidas que me dejan temblando y absolutamente K.O.

Aquí, en Gaoua, con frecuencia salgo a tomar algo con los amigos. Mañana es festivo aquí, en Gaoua (no en el país); es una especie de fiesta local musulmana. No me preguntéis de qué se trata, aunque el nombre de la fiesta me lo han dicho varias veces estos días. El caso es que  esta noche he salido a tomar algo con mis amigos Anatole y Tomate. Cuando he llegado al lugar de encuentro con mi burra, Tomate me ha dicho que Anatole venía enseguida ya que había tenido que ir al funeral de un amigo y ex compañero (ambos son maestros de escuela). Ante mi pregunta de “andar por casa” de si había sido una enfermedad lo que había matado al amigo, me responde, con la mayor naturalidad, que no, que se trataba de un accidente. Yo enseguida he pensado en un accidente de tráfico, pero no. Me cuenta que en una pelea alguien le ha matado con un cuchillo. El muerto es un maestro de escuela también. Me he quedado muda. ¿Cómo? Con la mayor naturalidad de nuevo me dice que sí, que discutieron por “algo” y el otro le mató. Yo no acababa de entender ¡pero eso no es un accidente! (le he dicho). ¿Respuesta? “Bueno,no exactamente”. ¡Aya! (expresión burkinabe que como no me quitéis a gorrazos no se me va a ir fácilmente).

No doy crédito a la historia. Me asalta la curiosidad y comienzo a preguntar cual metralleta: “¿y el asesino está en prisión?”, “no”, “¿no? ¿por qué?”, “es un militar”, “¿y qué?”, “está protegido”, “¿por quién?”, “por el poder, es militar”, “¿y qué?” (me bucleo), “no pasa nada”, “¿cómo no pasa nada? ¿no hay testigos?”, “claro que hay testigos, medio pueblo estaba presente”, “¿y entonces?”, “no pasa nada, el militar sigue su vida normal, igual que la familia del muerto”, “pero…”.

Hemos comenzado una larguíiiisima conversación que no por conocida deja de turbarme. Anatole me explica que esto es África y que historias como ésa suceden todos los días. Si alguien “poderoso” mata a un “don nadie” no pasa nada, no hay nada que hacer; la vida sigue como si tal cosa alrededor de ellos. Yo sé que pedir justicia en un país cuyo Presidente asesinó a su predecesor (Thomas Sankara) para  alcanzar el poder, puede resultar un tanto kafkiano, pero es que me cuesta pensar que exista una impunidad tan grande ante un asesinato a la vista de todo el mundo. ¡¡Tan claro!!

No quier pecar de ingenua, pero yo les preguntaba por qué la gente admite tales cosas, cómo no se tiran al cuello de la clase dirigente para exigir un poco de dignidad. Sabía la respuesta, pero Anatole me la ha repetido por si me quedaba alguna duda: Estás en un país donde el 65% de la población es analfabeta, donde el 80% de la población vive de la agricultura y sólo le importa si la estación de lluvias será buena para la cosecha o no ¡como para pensar en “revoluciones” al estilo egipcio! ¡Qué torpeza sólo imaginarlo! El analfatebismo es el gran arma para la sumisión. Lo sé, todos lo sabemos, y lo entiendo, pero resulta muy difícil “aceptarlo” aunque te esté mirando a la cara a ¡y tan de cerca! A pocos metros…

Cuando llegué aquí, hace ya 3 meses, acababan de ser las elecciones presidenciales hacía apenas una semana. Se celebraron sin incidentes en un ambiente de máxima tranquilidad. Desde entonces y aún ahora, todos los días veo montones de personas (hombre, mujeres y niños/as) con camisetas de “Compaoré, mi Presidente”. Ya comprendí desde el primer día que había sido la brutal campaña electoral de Compaoré: millones y millones de camisetas con esa frase y su foto (amén de miles y miles de telas con su nombre de venta en los mercados), camisetas que fueron regaladas a las familias a decenas. Claro, imaginad que no tenéis con qué comer, ni mucho menos con qué comprar un mísero trapo que ponerles a tus hijos, y llega el Señor Presidente haciendo de “Reyes Magos” (tres en uno), regalando camisetas a montones por todo el país llegando a las aldeas más recónditas, diciendo “vótame, yo te salvaré”. Juntad todo eso con el analfabetismo. ¿Resultado? Vosotros/as mismos/as sacad las conclusiones.

Pero ¿realmente le importa a alguien quién gobierne si aquí se sigue pensando únicamente en las próximas lluvias?

Más tarde la conversación ha girado hacia la labor de la asociación que han formado entre 3 ó 4 maestros de escuela para la sensibilización sobre la escolarización de los/as críos/as en la comarca de Loropeni (a unos 40 km, de aquí), especialmente para los huérfanos. Ante mi pregunta de si había orfanatos del estado, me han vuelto a decir: “¿aún no te ha quedado claro cuál es el papel del estado en países como el nuestro? ¡despierta!”. Me han entrado unas ganas de llorar que ni os cuento. ¡Y son cosas que sé, que conozco! Pero joder…  Entre unas cosas y otras te crece una rabia por dentro y una sensación de impotencia difíciles de describir.


Tengo muchas otras cosas que contar, pero hoy la sacudida ha sido, de nuevo, muy fuerte y quiero dejar mi relato aquí. Probablemente esto de que os he hablado hoy os suene al pan nuestro de cada día por lo que se pueda leer en prensa o en los medios de cómo se vive en el “Tercer Mundo” (¡qué poco me gusta esa denominación!), eso que oímos, nos escandaliza, y olvidamos a los pocos minutos; pero verlo, sentirlo, tocarlo a tu lado es realmente una experiencia muy fuerte, y hay cosas para las que, aunque a algunos/as os parezca mentira, no estoy preparada, por mucho que lleve aquí el tiempo que llevo…

Aunque no viene al caso (o sí), voy a mostraros aquí la foto de la pequeña Yeri, de quien hablé hace ya algún tiempo en mi post “De sentimientos”. Perdonad si hiere la sensibilidad de alguien, pero hay cosas que no deben olvidarse (o que deben conocerse) y una imagen (la del HAMBRE, con mayúsculas), vale más que mil palabras…


 Continuará…

lunes, 7 de febrero de 2011

Batiburrillo


Salut mes amies/es!!!

Si alguna vez venís a África del Oeste y alguien os invita a comer cualquier cosa y os dice. “C’est pas trop piment”, ¡¡cuidado!!

Casi todos los días, aquí, en “mi despacho”, a media mañana alguna de las mujeres va a comprar un poco de comida a algún sitio y me invitan a compartir. Se trata de trozos de carne (cordero o cerdo) condimentados con algo de ensalada y rociado con salsa picante envuelto en papel secante y que comemos con las manos (es lo normal aquí, y cada día estoy más convencida de que es lo más cómodo y natural ¡muerte a los cubiertos!).

El caso es que como con ellas un poco, pero, marededeuseñor, ¡¡¡la boca es fuego!!! Siempre trato de quitarle un poco el picante antes de metérmelo en la boca, pero ufff… cuando se me escapa algo, wow!! Me muero!!

Aquí, en Gaoua, la vida sigue tan apacible como os suelo contar. La vida es tranquila, muy tranquila.

El jueves por la mañana, cuando retomé mi actividad aquí, fue muy emocionante ver cómo, cuando llegué a la APFG a primera hora, algunas de las mujeres me abrazaban supercontentas diciéndome cuánto me habían echado de menos. Me encanta :-)

Tanto jueves como viernes no impartí formación, ya que la mayoría de mis alumnas estaban inmersas en los ensayos de una obra de teatro que hoy y mañana representan en Ouaga, donde estos días hay una serie de jornadas y conferencias sobre la demografía en África Occidental. La obra de teatro es para sensibilizar sobre la planificación familiar. Por las mañanas he estado trabajando con la preparación de algunos informes para algunos proyectos de aquí, y por las tardes he asistido a los ensayos (sábado incluido). Una caña. Son una caña actuando. Lo amenizan con humor y son fantásticas actrices. Es la primera vez que veo que hacen ensayos en francés (habitualmente lo hacen en lenguas locales) y me partía de risa con la representación. Son fantásticas. Si la conexión me lo permite subiré algún vídeo que he grabado de los ensayos a youtube. El caso es que ayer se fueron 7 de ellas junto con Ini a Ouaga, y no vuelven hasta el miércoles. ¡Ya las echo de menos!

La vida fluye lentamente y a la vez a la carrera. Han pasado más de dos meses desde que llegué, y aún me queda un largo camino aquí, y no tengo prisa. En ese tiempo ha habido de todo, sin excepción, sonrisas y lágrimas. Me parece que fue hace un siglo cuando aterricé, mi primer día en Ouaga, que me deparaba algunas sorpresas; me parece que hace una eternidad que vinieron Fernanda y Amparo, y otra eternidad que se marcharon. Me parece en realidad que fue ayer cuando aterricé en Ouaga y ayer cuando vinieron Fernanda y Amparo, y que fue ayer cuando se marcharon. Qué contradictorio ¿no? ¡¡Me han pasado tantas cosas en tanto y tan poco tiempo!!

Mi vida aquí…

El viernes por la noche salí a bailar un rato con mi buen amigo Bouba, al que conozco desde 2008, y después estuvimos hablando largo y tendido sobre lo divino y lo humano. Agradable soirée.

El sábado por la mañana estuve trabajando un rato en la terracita del hotel, tan ricamente, y por la tarde estuve de nuevo en los ensayos de teatro de la APFG. Cuando acabaron, nos fuimos unos/as cuantos/as a tomar unas cervezas a un maquis y de nuevo hubo bailoteo y una agradable soirée. Conocí a una par de amigos nuevos con los que el quedé para el domingo para irnos “de excursión”.

Ayer domingo me levanté temprano y desayuné tan ricamente en el hotel, en la terraza. Mis amigos habían dicho que vendrían a buscarme, pero aquí lo del tiempo ya sabéis que es relativo, así que no les esperaba a ninguna hora en concreto.

Tras el desayuno entablé conversación con el bueno de Da, uno de los empleados del hotel, y estuvimos casi 3 horas dándole a la sin hueso, tranquilamente, dejando pasar el tiempo, sin prisa, sin más… Esto es una de las cosas que más me mola de aquí, ya lo he dicho otras veces, el fluir del tiempo.

En un momento dado apareció uno de mis amigos (Anatole), que vino a recogerme con su burra, y nos fuimos a buscar al otro (no he conseguido pronunciar bien su nombre, así que le llamo “Tomate”, que es lo más parecido que he conseguido pronunciar). Supuestamente íbamos a ir a un mercado de un pueblo a 25 km. de Gaoua. Nos encontramos los tres en el mismo maquis de la noche anterior, pero la moto de Tomate estaba estropeada, y mientras, buscaban otra, vía teléfono entre sus amigos, cerveza va, cerveza viene. Un par de horas más tarde (calculo, no hay prisa) conseguimos otra moto (mi burra estaba sin aceite desde el sábado, y no conseguí encontrar en las dos únicas gasolineras que hay aquí, así que no podía cogerla).

Nos ponemos en ruta!! Ufff… una gozada viajar en moto durante 25 km, sin casco, sin nada, de paquete, a una velocidad moderada y saludando a todos los críos que al grito de “la blanche!!! la blanche!!!” levantan la mano cada vez que atraviesas un pueblo. Disfruté mucho del viaje :-)

Vimos el mercado, comimos algo en un maquis, más cerveza y horas de hablar y hablar, con gente que llega, se sienta con nosotros, se va, otros, y así pasa la vida plácidamente.

Aquí me siento muy querida. En el hotel soy “la niña mimada”. Especialmente dos de los empleados, Sié y Da, me tratan como una reina, me río mucho con ellos, tenemos mucha complicidad. Si un día no como o no ceno en el hotel, se ponen “celosos”, están pendientes de que no me falta de nada. Una caña. Más majos que las pesetas. Ayer Da me decía: “es que tú eres muy simpática, porque siempre te ríes y hablas con todo el mundo, los conozcas o no, no eres nada complicada, todo te parece bien y no todo el mundo hace eso," y claro, yo encantada  de que me regalen los oídos :-) Ambos ayer me decían que tengo que quedarme más tiempo, que me van a echar de menos! Ay… Y yo a ellos, y yo… Cada vez que me voy a Ouaga me preguntan si voy a tardar mucho en volver, que el hotel sin mí no es lo mismo, que se han acostumbrado a ver a “su blanca” por allí pululando todos los días, entrando y saliendo. Si tengo alguna pega, por chorra que sea, ya ando buscándoles por los rincones para que me ayuden. Por ejemplo, esta mañana mi burra no quería arrancar, merd!! Me he ido rápidamente a buscar a Sié: “Sié, s’il te plait, la moto ne veux pas demarrer!!! Aide-moi!!!”. Él se ríe y rápidamente viene en mi ayuda J. Con todo, son mis guardaespaldas en Gaoua (porque en Ouaga tengo otros ;-)), me dan consejos, me guían, me toman el pelo (si, también :-))…

Luego está de nuevo el lado oscuro, nunca mejor dicho. Por supuesto no hay alumbrado público en toda la ciudad, y como dije, mucha de la vida transcurre a lo largo de la carretera principal. A partir de las 18:00 es de noche. La gente camina al borde de la carretera, sin una luz ni media, las bicis circulan igualmente sin una luz ni media, y muchas motos tampoco tienen ningún tipo de luz. Esto hace que los accidentes sean frecuentes. El sábado hubo uno frente a la puerta del hotel con el resultado de un muerto (una moto sin luces se llevó por delante a un peatón sin luces). Según me dicen, hay muertos todas las semanas y  heridos casi todos los días por estas mismas razones. Yo misma, circulando por la noche (yo sí tengo luz en la burra) ando con 200.000 ojos porque de repente ves algo que se mueve delante de ti, que aparece de pronto en tu haz  de luz, y tienes que esquivarlo, puede ser un adulto a pie, un niño, cualquier tipo de animal, una bici, otra moto que no lleva luces (y os aseguro que los negros por la noche, y sin luz, no se ven ¡¡ni de coña!).

No sé si ya he dicho que se me estropeó la cámara de fotos y “negocié” la compra de otra aquí en Gaoua. Aquí no hay donde comprar una cámara en una tienda, así que Da, de nuevo, me echó una mano para comprar la de un amigo suyo que necesitaba pasta ¡y estoy encantada con ella!

También llevo ya varios móviles estropeados y estoy “acojoná” de que se me muera el portátil. El polvo hace estragos con la electrónica.

Y el cajero, el único cajero automático que hay en Gaoua lleva ¡¡una semana estropeado!! También es el pan nuestro de cada día. Hay muchas veces que no va por diversos motivos: no hay red, no hay corriente, no hay… Pero esta vez parece que la avería es seria y nadie sabe decirte cuántos días tardará en funcionar de nuevo. CCA!

Y la poste…. El otro día fui para enviar unas cosas a España y ¡oh, sorpresa! No quedan sellos. Ante mi pregunta de cuándo tendrán, si mañana o pasado, me dicen que mejor vuelva en unos 10 días que igual ya tienen. Aya!!! (expresión burkinabe). CCA!

Y las dos gasolineras… Vas a poner gasolina y te dicen: “no, no queda”. Aya!!! CCA! Y te buscas la vida comprando algo de gasolina en las “puestos callejeros”, donde en botellas de plástico te venden un líquido en el que tienes que confiar si quieres continuar. Aya!!! CCA!

Aquí la impaciencia no funciona, y todos me conocéis, que ese don no se me dio cuando nací, pero aquí aprendes a la carrera que no hay otra, que de nada sirve desesperarse o cabrearse. CCA!! Y ésta es su forma de vida y ésta es mi forma de vida, aquí y ahora… L’Afrique, mon Afrique…


(Una calle cualquiera de Ouaga, cuando salíamos con el coche la semana pasada
para ir a Yako a llevar el material médico.).

 Continuará…




jueves, 3 de febrero de 2011

¡¡Que alguien cierre la puerta!!


El horno, alguien se ha dejado la puerta del horno abierta…

¿Ya os he dicho que ha vuelto el calor? Sí  ¿verdad? Pues ha vuelto, pero con mayúsculas. Esto es el infierno. Wow!

Aquí hablan de que es el cambio climático, pero realmente no he visto jamás una cosa parecida, cambios tan bruscos de un día para otro, pasar del frío al calor como si cambiaras de planeta.

Estos días he tenido que prolongar mi estancia en Ouaga de nuevo por problemas con el visado (luego os cuento), y ayer por fin me vine a Gaoua de nuevo, en autobús, como siempre. Un viaje larrrrgo y pesado que ya he hecho muchas veces, de ida o de vuelta, pero ayer creía realmente que iba a alcanzar mi punto de ebullición. Tantas horas encerrada en el autobús con ese calor sofocante se hace realmente muy difícil. Salí de Ouaga con un calor que ahogaba, pero cuando llegué a Gaoua no sabía si podría seguir respirando. Uf…  Es la primera vez que pongo el ventilador para dormir, y aún así, no he pegado ojo del calor. No me había pasado hasta ahora. Ha estado lloviendo tooooda la noche, pero parece que aquí, cuando llueve, en vez de refrescar, aumenta el calor. CCA! (C’est ça l’Afrique!).

Y  como ya dije, esto no ha hecho mas que empezar. El  calor va in crescendo hasta alcanzar su punto culminante en abril. A mí me queda aquí algo más de un mes, así que estoy “acobardá”, y quienes me conocéis ya sabéis que yo el calor lo soporto bien, pero aquí parece que me hayan echado a la hoguera!!!

Y el visado ¡Ja!

Me fui a Ouaga porque debía ir con Justin a repartir el material médico, como ya dije, y de paso debía renovar mi visado (eso creía yo :-)).

Tantos días en Ouaga para resolver el asunto de mi visado y resulta ¡que no hacía falta!

El primer día que fui a inmigración (miércoles de la semana pasada) fui por la tarde, porque allí se trabaja por la mañana y por la tarde. Pero ¡ja! Me dicen que los trámites del visado sólo los hacen por la mañana, de 7 a 12:30 h. Coñes. Vale. No pasa nada. Yo quería volver a Gaoua el domingo, así que pienso que no hay problema, porque puedo volver el viernes. El jueves estuve toooodo el día con Justin con el asunto de los medicamentos, pero el viernes, como un clavo, a las 11:15 me presento de nuevo en inmigración, con mis fotos, mis papeles, la pasta, etc. Pues no, tampoco. Me dicen que es que la caja cierra a las 11:00. Arghhh… Trabajan hasta las 12:30 h., excepto el cajero, que se marcha a las 11:00 h. Cagoentoloquesemenea. Me dicen que debo volver el lunes antes de las 11:00 h., y que debo dejar allí el pasaporte para recogerlo el martes por la tarde ya con el visado, Oh la la! Eso quiere decir que hasta el miércoles no podía volver a Gaoua. No pasa nada, pienso de nuevo: CCA!

Llega el lunes, me voy a inmigración, pago, hago los trámites y dejo mi pasaporte para volver el martes a por él. Todo OK. Pas de problem.

Martes por la tarde voy a recoger mi pasaporte con mi visado renovado. ¡¡Me dicen que no me hace falta renovar mi visado!!! No sé si echarme a reír o a llorar. ¿Cómo?

Me explico: yo tramité el visado en España para 90 días supuestamente. En el visado pone: válido desde el 24 de noviembre hasta el 24 de marzo, y después pone: 90 días. No me cuadra, porque del 24/11 al 24/03 van 120 días, no 90. Ante mis dudas, escribí a la embajada de Francia en Madrid, donde lo tramité, para preguntar si mi visado es de 120 días o de 90, ya que hay una contradicción en el mismo. Me contestan rápidamente y me sacan de dudas (supuestamente). Me dicen que no hay contradicción, que mi visado es para 90 días SOLAMENTE. Mi estancia en Burkina sólo está autorizada durante 90 días, pero que yo puedo usar esos 90 días entre el 24/11 y el 24/03, es decir, con ese visado yo puedo entrar en Burkina en cualquier fecha comprendida en ese rango de 120 días, pero en el momento que entre, sólo puedo quedarme 90 días y con la fecha límite del 24/03. Calculo:  como yo entré en Burkina el 27/11, debo contar esos 90 días a partir de mi entrada, lo que hace que caduque el 25/02, así que debo renovarlo si voy a estar más tiempo. Eso es lo que me dicen desde la embajada francesa en Madrid. Vale. Entendido. Voilà!

Pero entonces es cuando el martes, en la oficina de inmigración de Ouaga me dicen que no hace falta porque en mi visado pone que es válido hasta el 24 de marzo, luego ¿por qué quiero renovarlo? Les explico -como puedo- lo que me han dicho en la embajada francesa y les digo que sólo estoy autorizada para 90 días y eso acaba el 25/02. Mi dicen, educadamente eso sí,  que no vaya de listilla, que ellos saben mejor que yo interpretar un visado. Les digo de nuevo que no soy yo, que es la embajada quien me dice eso, y me dicen, educadamente de  nuevo, que en la embajada no tienen ni puta idea (con perdón), y que quienes saben cómo funcionan aquí las cosas son ellos mismos y que en el visado poner que puedo estar hasta el 24/03. Les pregunto entonces que por qué pone lo de 90 días si en realidad es válido para 120, y me dicen que lo de los 90 días quiere decir que a partir del 24/11 yo tengo un plazo de 90 días para entrar en Burkina, pero una vez efectuada la entrada, puedo quedarme hasta el 24/03. Si en 90 días yo no he efectuado mi entrada, caduca, pero no es mi caso, así que no necesito renovarlo. Aya! (expresión burkinabe ;-))

Total, que he prolongado mi estancia en Ouaga para nada, pero de nuevo: CCA! Paciencia, aquí hay que tener mucha paciencia con todo. C’est comme ça!

Sólo espero de verdad no tener problemas para mi estancia con la policía ni con nadie después del 25/02. Cruzad los dedos!!!

(Un guiño a Amparo y Lucila: ¿se lo cuento a “nuestro amigo” Gameiro o me repudiará para siempre? ;-))

Puesta a contar anécdotas, voy a contar la conversación de besugos que tuve el martes por la tarde.

El martes fui a comprar mi billete de autobús para el día siguiente para Gaoua, pero tanto ir y venir de aquí para allá llega un momento que no sé ni dónde estoy :P

Llego a la taquilla y ésta es la conversación más o menos (la escribo en castellano):
-          Buenos días, por favor un billete para Ouaga para mañana miércoles en el autobús de las 14:00 h.
-          No, no es posible (y se ríe)
-          ¿No? ¿Por qué? ¿No hay plazas?
-          Sí!!! Todas!!! (y se sigue riendo)
-          No entiendo entonces por qué no es posible (cara de haba por mi parte)
-          ¿Dónde quiere ir usted, madame?
-          A Ouaga, mañana miércoles en el autobús de las 14:00 h.
-          No es posible (se descojona)
¡¡Socorro!! (pienso, no entiendo nada)
-          ¿Por qué? ¿No sale ese autobús mañana? ¿no sale todos los días?
-          ¿Para Ouaga?
-          Sí, es allí donde voy
-          No, no sale ningún autobús para Ouaga desde aquí nunca (se parte de risa)
(Oh la la!!! ¿Me estoy volviendo loca o qué? (pienso))
-          ¿No? Pero…
(Aquí ya le debí dar pena, yo creo)
-          Madame, ¿usted sabe dónde está? (muerto de risa)
-          Oh la la!!! (ahora la que se descojona soy yo). Je suis a Ouaga!!!!
-          Entonces, ¿para dónde quiere el billete?
-          Cagoentoloquesemena!!! Tonta estoy!!!! Para GAOUA!!!!!

Señor, señor… Luego me reía yo sola acordándome J


En otro orden de cosas, esta misma mañana, antes de venir al trabajo, he pasado por la única “oficina” Airtel que hay aquí porque he tenido problemas estos días con mi conexión a Internet (vía módem USB). Estando allí he conocido al primer refugiado que veo aquí procedente de Costa de Marfil, un estudiante joven que ha salido de Abidján (la capital de Costa de Marfil) por temor a las revueltas en su país, y ha venido aquí a casa de un amigo (aquí estamos a unos 40 km. de la frontera). He estado hablando casi una hora con él (lo que han tardado en resolver mi problema con el módem) y resulta tremendamente triste. Estoy más o menos al tanto de la situación en el país vecino, pero escucharlo de primera mano de alguien que lo está viviendo, es duro. Asesinatos todos los días, miedo, represión y una guerra encubierta no declarada que ha provocado ya el desplazamiento de medio millón de personas (principalmente a Liberia) por miedo y por necesidades económicas (la situación del abastecimiento de muchos productos básicos comienza a ser un problema).

La situación en Costa de Marfil pinta mal, pinta MUY mal mientras Gbagbo no abandone el poder que perdió en las elecciones pasadas, y cuyo resultado se niega a reconocer. Veremos.

Bueno amigos/as, eso es todo por el momento, pero… ¡que alguien cierre la puerta del horno!!!!! ;-)

Continuará…