miércoles, 16 de diciembre de 2015

Mi burra

Mi compañera de fatigas…

Conducir en Gaoua no es como conducir en Ouaga. Como ya he dicho muchas veces, Ouaga es “el monstruo”, y Gaoua una pequeña ciudad al suroeste, que crece a velocidad de vértigo, pero no deja de ser una ciudad pequeña. En Ouaga una sola vez he conducido una moto a lo largo de todos estos años y me dije “Llanos, una y no más”. Es la locura absoluta. En Gaoua es diferente, la magnitud del tráfico la hace “manejable” o “circulable” más fácilmente… o eso parece.

En Gaoua siempre he tenido una moto a disponibilidad, lo que me permite moverme “à l’aise”. Este año no ha sido menos.

El primer día fue un sindiós. La batería no iba, petardeaba sin parar, tirones, no frenaba, las luces, ante la falta de batería brillaban (¡¡eso quisiera yo!!) por su ausencia… Y sin claxon.  Diréis que bueno, lo del claxon no es tan grave… ¡Ja!! Puedes circular sin frenos, sin luces, pero ¿sin claxon? es un suicidio. El claxon sirve para advertir a todo bicho viviente que se aparte, porque cualquier bicho viviente (literal) se interpone al paso en la calzada, ya sea en la carretera principal o en cualquiera de los miles de caminos (caminos, en sentido amplio ;-)) de la brousse. Hay niños, cabras, ovejas, cerdos, motos, coches, gallinas, peatones, vacas, burros, carromatos, sillas de ruedas (pocas desafortunadamente, porque los discapacitados son muchísimos), perros, camiones, bicis, gatos, pavos… y el claxon es la vida. Pero ¡¡ojo!! No creáis que sirve para que se aparten,  no… Bueno, en el caso de los animales puede que sí, pero en el resto ¡¡ja!! En este caso, el claxon sigue siendo indispensable para advertir de tu presencia, pero ¡¡ríete si piensas que alguno se va a quitar de enmedio o va a rectificar su maniobra (aunque la tuya sea la correcta) porque te haya oído!!, no. Ay amig@s... Te han oído tocar el claxon, sí, por tanto saben que TÚ ya les has visto, por lo que ya te apañarás para esquivarles. Sin pegas.

Bueno, en cualquier caso, il faut aller chez le méchanicien. Como siempre, Bouba al rescate, me lleva un mecánico al lado de su casa, donde me cambian el aceite (marededeuseñor cómo estaba el que quitaron), limpiaron el carburador, pusieron ácido en la batería (estaba seca) y la recargaron. ¡¡Guay!! El claxon comenzó a funcionar cual grito de eunuco, o sea, nada. La batería me duró unas horas cargada, así que al día siguiente compré una batería nueva y un claxon nuevo et voilá!!! Mi burra y yo al 100%...



Circular con la burra fuera del goudron (asfalto) es añadir al problema del tránsito, el de la “calidad” de la ruta. Que no es que el goudron sea de calidad ¡ja! Agujeros como bañeras (en las tres dimensiones) decoran el asfalto por todas partes, pero salir del goudron es como hacer el París-Dakar con moto de calle. Piedras, senderos a medio hacer, arena, tierra, muchas piedras, subidas y bajadas de terreno, puentes a medio hacer, pasos de agua que llevan agua (o no) sin saber lo que hay debajo, resbalones a cada 2x3… y hete aquí que iba yo detrás de mi buen amigo Hugo a visitar una escuela perdida en la brousse cuando al subir un pequeño montículo lleno de arena y tierra, mi burra hace un quiebro y acabo debajo de ella con las piernas hechas un ocho alrededor del manillar, mientras veo que Hugo se aleja con su moto… ¡¡Hugoooo!! No me oye; no veo a nadie y no consigo quitarme la moto de encima; unas ovejas me miran, ¡hasta diría que se burlan, las jodías!! Y de pronto ya veo venir a una villageoise (campesina) correr en mi auxilio con las manos en la cabeza seguida de varios críos... En eso veo que Hugo ha dado la vuelta y corre angustiado a mi rescate. Entre todos, me quitan la moto de encima y me levanto de un salto sonriendo ¡¡estoy de lujo!! ¡¡que no cunda el pánico!! Algunas heridas leves en el codo, piernas y espalda y una herida enooooorme en el orgullo ;-) Mecagoentoloquesemenea. ¡¡Esto no me puede pasar!! Hugo me dice si volvemos a Gaoua y le digo que no, que continuemos. No consigue convencerme y seguimos ruta, pero ya no me quita ojo de encima… Ni que decir tiene que los cascos aquí forman parte de Matrix o de la realidad virtual…

La noche… Por la noche es otro cantar… Enciendes las luces, of course!! Pero, ay… la cantidad de polvo en suspensión hace que el haz de luz se refleje en los millones de partículas y no veas ¡nada! Así que ya no sabes si es mejor circular con las luces encendidas o apagadas… Y no creáis que por ser de noche, el personal en tránsito es más prudente. Los peatones no llevan luces, los críos son igual de imprevisibles, pero no se les ve, porque además, recordad… son negros…. Le noir dans le noir… Las bicis circulan sin luz… y salvo las luciérnagas, lo mismo para los animales ;-) Afortunadamente los coches sí suelen llevar las luces encendidas, de ahí que distinguiera tan ricamente a los militares la noche de autos en pleno horario de toque de queda; por cierto… quizás por eso estaba yo tan sola en la carretera!! En ese momento no era consciente que había sobrepasado el límite horario… Ays…

En cualquier caso, mi burra es un amor, y salvo el incidente del otro día, me trata de lujo y me proporciona una libertad de la que no podría disponer sin ella… También el incidente me sirvió para ser más cauta…  ¡de todo se aprende!! Y  esta tierra que tanto quiero me enseña ¡¡tantas cosas!! Aquí aprendo cosas que sólo aquí se pueden aprender… y entender… Sólo aquí siento determinadas sensaciones y emociones difíciles de describir… y las vivo con intensidad y emoción, emociones de todos los colores… de todos los calibres…

Y mientras tanto, mi burra y yo... somos invencibles…!!! 



Continuará…

4 comentarios:

  1. Flipo contigo, Llanitos. Cuidate mucho que tienes que llegar a votar a ver si no se nos vuelven a colar estos cabrones.

    Muchos besos

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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