jueves, 9 de diciembre de 2010

Un recuerdo para Thomas Sankara (el Che africano) en el 50 aniversario de la independencia de Burkina Faso

Copiado de: Howl

“Aunque los revolucionarios, como los individuos, puedan ser asesinados, nunca se podrán matar las ideas”. Estas palabras premonitorias las pronunció Thomas Sankara una semana antes de su muerte. El que fuera presidente de Burkina Faso y lider de una revolución inspirada en el modelo cubano que acabó con los privilegios de muchos jefes tribales, mejoró el estatus de la mujer y la calidad de la educación y la sanidad, fue asesinado hace ahora 23 años. Pero como sus ideas no han muerto, un movimiento trata ahora de sumar apoyos para que se aclaren las circunstancias de ese final, se corrija el acta de defunción y se conceda una compensación a la familia por el trauma.



El mismo que organizó el golpe de estado que le llevó al poder a la edad de 33 años, su colaborador Blaise Compaoré, estuvo, aparentemente, detrás del que acabó con su vida. Diversos testimonios internacionales así lo sostienen. Compaoré, que continúa alfrente de Burkina Faso desde entonces, describió sin embargo su asesinato como un accidente. Tras tomar la jefatura de Estado revirtió casi todas las progresistas medidas de Sankara, argumentando que hacía una "rectificación" de la revolución burkinesa.

La responsabilidad de Compaoré en el asesinato de Sankara fue la primera reclamación contra Burkina Faso interpuesta por Mariam Sankara, su viuda. En abril de 2006, El comite de Derechos Huamnos de la ONU , a petición del Colectivo Jurídico de la campaña internacional Justicia para Thomas Sankara (CIJS) y en nombre de la familia, daba la razón a los denunciantes y pedía al estado burkinabé aclarar el asesinato, garantizar a la familia los medios para una justicia imparcial, rectificar su acta de defunción, demostrar el lugar en que está enterrado y compensar a la familia por el trauma sufrido, además de divulgar públicamente la decisión del Comité.
Sin embargo, dos años después, el 21 de abril de 2008, el comité de Derechos Humanos de la ONU, en absoluta contradicción con la decisión precedente, dio el caso por cerrado sin que se hubiera puesto en marcha ninguna investigación, una decisión que, en opinión del movimiento Justicia para Thomas Sankara “no hace honor a la institución”.

“En el seno de la comunidad internacional, algunos parecen ver en Blaise Compaoré a un hombre de paz, cuando ha estado notoriamente implicado en los conflictos de Liberia y Sierra Leona y en casos de tráfico de armas y de diamantes para la UNITA de Jonas Sawimbi, en aquella época bajo embargo de la ONU, y más recientemente en el conflicto que desgarró a Costa de Marfil”, acusa el movimiento.
“Esa misma comunidad internacional nos pide que nos apiademos de ese continente, sin embargo tan rico, que es África, mientras sigue trabajando para perpetuar su asistencia y su sumisión. En realidad, las auténticas razones de las dificultades de África han de buscarse en las redes internacionales que fomentan las guerras y los asesinatos para conservar su control sobre las riquezas del continente con la complicidad de los países occidentales y de ciertos dirigentes africanos”, denuncian.

Según recoge el manifiesto para el que piden apoyo a través de la firma, y al que ya se han sumado personalidades como el escrito Antonio Lozano, Blandine Sankara, el director de cine Silvestro Montanaro , Jose Julio Martin-Sacristan, director General de la Fundación SUR, Benewende Sankara, Moussa Demba Dembele o Mario Lupi, “más de 22 años después de su asesinato, Sankara, líder africano de primer orden, representa cada vez más una referencia como gobernante íntegro, resuelto, creativo y valiente, que fue asesinado por denunciar la deuda y el dictado de las potencia occidentales, pero también por abordar una política decidida en su país orientada hacia las necesidades de la población, abriéndose al mismo tiempo hacia el panafricanismo”.

UN LIDER CARISMÁTICO
El capitán Thomas Isidore Noël Sankara, nacido en 1949, fue el presidente de Burkina Faso de 1983 a 1987. Con una potente combinación de carisma personal y una organización social con participación democrática, su gobierno trajo iniciativas contra la corrupción y mejoró la educación, la agricultura, y el estatus de la mujer. Su programa revolucionario provocó una fuerte oposición de los líderes tradicionales de la pequeña pero poderosa clase media, así como el recelo de Francia, por estar contra sus intereses neocoloniales en África. Además de la fricción con los miembros más conservadores de la junta de gobierno, estos factores provocaron su caída y asesinato en un sangriento golpe de estado el 15 de octubre de 1987.

1 comentario:

  1. Hola.
    Como rana que eres no paras de dar saltos: de una ciudad a otra, de un blog a otro... El próximo te sugiero que sea Wordpress.

    A ver qué nos cuentas de la moto.

    enkoy!

    Besos.

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