Cómo ha crecido. Blaise. “Mi” Blaise…
Ya sabía que ahora vive en Holly,
cerca de la escuela, en casa de su abuela. La distancia desde su casa anterior
era mucha. Cada día 7 kilómetros para llegar a la escuela, y otros 7 para
volver. C’est trop. Por ello, hace ya un tiempo decidió quedarse en Holly, y
eso es lo que yo sabía.
Hoy hemos ido a verle. Hugo y yo.
Hugo conoce dónde vive. Hemos llegado a Holly, y de allí a su casa, a la cour
(el patio). La cour es una especie de recinto, cerrado o no, donde suele vivir
una familia en sentido amplio: padres, hermanos, hijos, esposas, co-esposas,
etc. Así es como vivía antes de quedarse en Holly.
Al llegar a la cour hemos visto a
una anciana, arrugada y desdentada, sentada en una silla con la mirada perdida.
“Es la abuela de Blaise”, me dice Hugo. “Es ciega”. Me acerco, la saludo con
todo el respeto con que se saluda aquí a los ancianos. Ella dice algo en lo que
creo que es lobiri (uno de los idiomas locales), y Hugo me dice que me da la
bienvenida.
La cour consta de una casa
cuadrada de adobe (4 muros) y un granero vacío. Otras dos casitas medio
derruidas también de adobe finalizan el conjunto.
Me giro y veo a Blaise que corre
hacia mí como alma que lleva el diablo. Su sonrisa no tiene precio. Me abraza y
ya no se despega. Me emociono. Mucho. Me desarma su inocencia a sus ¿14 años?
En realidad nadie conoce su edad. Viene sucio, muy sucio.
Cómo ha crecido… Es tan alto como
yo… Nos abrazamos fuerte…
Blaise es especial. Muchos ya “le
conocéis”. Retraído. Tímido… con ese aire distraído… a su rollo… Es anárquico,
libre, completamente libre, hace de su capa un sayo, va a su bola... Y sólo
conmigo muestra su ternura. Sólo a mí me abraza… Y me desarma…
Enseguida se junta una cuadrilla
de críos y crías de todas las edades. La
anciana permanece impasible con su mirada perdida.
“Hugo, ¿dónde están los demás? ¿y
el resto de la familia?”. No hay resto de la familia. No hay más. ¿Cómo? Hugo
me cuenta que no hay más. En la cour (relativamente grande), sólo vive la anciana,
Blaise y otro crío de unos 10 ó 12 años. Están los tres solos.
Le pregunto al otro crío dónde
están sus padres. En Costa de Marfil, como tantos y tantos padres que van allí
a buscarse la vida y se olvidan de sus hijos. A Blaise no le pregunto. Conozco
muy bien su historia. No vamos a hurgar en la herida…
Blaise me dice que tiene hambre,
que no ha comido desde ayer. Le pregunto si la anciana y el otro peque tampoco.
Empieza a faltarme el aire…
“Blaise… ¿la anciana
cocina?”. Unos días sí y otros no. No
ve.
“Hugo… ¿dónde está la familia de
esta mujer?” Es viuda y sus hijos están en Costa de Marfil. Rara vez le envían
algo o la visitan.
“¿De qué comen? ¿Comen?” Bueno,
no sé. A veces les ayudan los vecinos… No sé…
“¿Y cuando la anciana enferma? ¿Quién
la ayuda?” La respuesta es la misma.
No puedo respirar.
“Blaise… ¿quién se ocupa de la
casa? ¿quién lava vuestra ropa?” Yo
(dice Blaise).
“¿Quién trae el agua y la leña
cada día?” Yo (dice Blaise).
El agua hay que traerla de un
pozo a más o menos un kilómetro. 25 ó 30 kilos en la cabeza. La leña se
encuentra donde se puede.
“¿Quién se ocupa de vosotros?”.
Se encoge de hombros. El otro crío mira tímidamente y sonríe.
Y Blaise sigue pegado a mí. No se
separa ni un minuto. Me dice que quiere cuadernos y bolis, una mochila, y chanclas....
Quiere jabón, y pasta de dientes… Quiere un balón… y un saco de arroz y otro de
maíz, y aceite para cocinar… Y quiere una casa grande, y un cordero… y todos
los libros del curso… y quiere estudiar, e ir a pescar… y quiere ir a Gaoua a
vivir, porque los colegios son mejores… Quiere unos pantalones, y un traje
chulo para estrenar el 1 de enero… y quiere una radio… Y quiere que le arregle
la bici, sin cadena, sin frenos y pinchada… Y una “natte” (especie de alfombra
de paja) nueva para dormir… y un camiseta del Barça…
Y yo he dejado definitivamente de
respirar… evitando que Blaise lo note.
Tranquila. La ONU lleva tiempo trabajando para solucionar esto ( unos 60 años +/-)
ResponderEliminarDeben estar a punto de tomárselo enserio