jueves, 24 de marzo de 2011

Mi solidaridad con Ouaga, mon amour.


La última vez que escribí lo hice desde Ouaga, la capital de Burkina, unas horas antes de venirme a España hace apenas 13 días.

Dije que escribiría una última entrada en el blog cuando asentara sentimientos y emociones, pero eso no ha sido posible; los sentimientos y las emociones están más revueltos que nunca, pero aún así voy a escribir.

Aún estoy tratando de adaptarme a mi nueva vida, y digo “nueva” porque todo se me hace extraño: mi casa, mi trabajo, la gente… En cualquier caso no he querido demorar más está “¿última?” entrada.

No me llega la camisa al cuerpo con lo que está sucediendo en Ouaga.

Ya casi desde un mes antes de venirme, Burkina no se libraba del “calentamiento global de África del Norte”. Tras la muerte de un estudiante bajo custodia policial (una paliza), los estudiantes decidieron gritar un más que comprensible “¡basta ya!” y se tiraron a la calle. Todo comenzó en Koudougou (a unos 100 km. de la capital, Ouaga). tanto el asesinato del estudiante como las primeras revueltas, que rápidamente se extendieron por todo el país; barricadas, manifestaciones con graves enfrentamientos con la policía, etc., con el resultado de una decena de estudiantes muertos en unas tres semanas, así como un par de policías.

El mismo día que yo me venía (yo volé por la noche), estando en Ouaga, debía ir a hacer algunas gestiones al centro, pero hubo quien me advirtió de no acercarme porque estaba todo tomado por estudiantes y policía y hubo fortísimos y violentos enfrentamientos. La prudencia hizo que dejara mis recados en manos de mis amigos  ouagaleses para que ellos los hicieran otro día y quedarme tranquilamente en “mi barrio” hasta irme al aeropuerto, y eso es lo que hice junto a mis amigos.

No dije nada en blog ni a nadie hasta salir del país para no asustar a familiares y amigos, y porque alguien me aconsejó prudencia con según qué cosas a la hora de  escribir en el blog.

He seguido las noticias de allí desde que llegué y ha habido nuevos enfrentamientos, pero nadie esperaba lo que está sucediendo desde el martes por la noche.

La primera alarma me llega el miércoles por la mañana con un e-mail que un amigo me había enviado durante la noche; me cuenta que han pasado una noche infernal, que los militares han tomado la capital y han estado disparando “al aire” fuego real de fusil (hoy he sabido que hubo dos muertos, una joven y un niño, por “balas perdidas”), que estaban rompiendo cristales de tiendas (entre ellas la de un amigo mío) y saqueando, pero no supo explicarme por qué, nadie entendía qué estaba pasando.

Con el paso de las horas pude ir informándome en una web local de Burkina: A raíz de un conflicto particular entre un civil y un militar, éste (junto a otros 4 compañeros de armas) sometió a vejaciones al primero, el cual los denunció, con el resultado del arrestro de los 5 militares. Como protesta por este arresto, cientos de militares salieron a la calle con las armas a sembrar el pánico en la ciudad, consiguiéndolo. Durante toda la noche, saquearon tiendas y gasolineras, rompieron, robaron, amenazaron a la población, les insultaron, cortaron la luz en numerosos barrios y, como he dicho, mataron a una joven y a un niño.

De todo ello me fui enterando ayer progresivamente a lo largo del día. He estado en contacto “cuasi-permanente” con mi gente en Ouaga vía telefónica.

Ayer nadie trabajó, ni los negocios privados ni la administración pública. No llega información ni declaraciones del Gobierno. Las calles estaban desiertas, pero el día transcurrió tranquilo en una ciudad asustada ante tamaña violencia gratuita. Ayer la noche también fue tranquila, incluso el día de hoy hasta que ha llegado la tarde.

Tras hablar con un amigo que me cuenta que parece que vuelve la normalidad, me he puesto a chatear con otro amigo de allí, y mientras lo hacía, han empezado de nuevo los disparos de fusil y me ha cortado la conversación.

Después he podido saber que, efectivamente, los militares estaban disparando de nuevo,  que los comerciantes han dado una paliza  a un militar que trataba de saquear otra vez y que hay quien se empieza a plantear abandonar la ciudad si la violencia de los militares no cesa en las próximas horas.

Los 5 militares detenidos por el conflicto con un civil, han sido puestos en libertad tras la volencia de sus compañeros.

Que paren el mundo que yo me bajo...

Mientras escribo esto me acaba de llamar un amigo para tranquilizarme, dice que de nuevo parece todo tranquilo, pero nadie sabe qué va a pasar, y, como digo más arriba... no me llega la camisa al cuerpo…


Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.
 
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.
 
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.
 
(Miguel Hernández)

Continuará (o no)…

Gracias por leerme amigos/as.

Os quiero.

Más información en:
-         Sobre la revuelta estudiantil:
-         Sobre el conflicto de los militares:

1 comentario:

  1. Como es tan habitual, desgraciadamente, la casta militar se considera por encima del resto de la ciudadanía y de las leyes. A esto contribuye el que, en cualquier país, se rindan honores a los militares caídos por su patria. Patriotismo mal entendido. Patriotismo mal concebido. Patriotismo que, siempre, conlleva segregación y odio. Y también, como suele ser habitual, los cambios y libertades quedan supeditados a la sangre de los jóvenes.

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